el bichito









Hoy 3 de octubre, es el dìa de la reunificaciòn de las dos Alemanias, todo està cerrado, nadie trabaja... pero nuestro estudio estaba lleno, habìa hasta un pequenho saltamontes, con un extranho garfio al final de su abdomen. Me lo ha traido Marian, lo hemos estado estudiando, era muy simpàtico, parecìa que con las antenas controlaba todo lo que habìa a su alrededor, las movìa independientemente. Lo hemos colocado en un bonsai que hay encima de mi mesa, parecìa muy feliz, empezaba a escalar por las ramitas que se sacudìan un poquitìn a su paso. Por un momento he pensado que se iba a zampar el ficus benjamina, pero no. Se ha puesto como un loco a limpiarse el garfio, era espectacular, se doblaba por debajo de sus piernas hasta llegar a sus patitas delanteras con las que lo sujetaba y lo acicalaba, se ha tirado un montòn de tiempo asi, y yo miràndole. Luego he seguido dibujando, y cuando me he asomado otra vez estaba abrazado a la rama. He seguido dibujando... y me lo he encontrado bajo el arbolito, sin moverse, tumbado de lado. He llamado a Marian, y nos ha dado pena que casualmente eligiera hoy para morirse, frente a nuestras narices. Entonces he decidido dibujarlo y hacerle un homenaje, me gustaba la postura que habìa adquirido su cuerpo inerte sobre el papel, con la cabeza en el suelo, como rezando, y las patas hacia arriba, cuando por sorpresa ha empezado a moverse, me ha dado un susto enorme! entonces he llamado a Marian que ha subido del sotano corriendo, pero cuando lo hemos vuelto a mirar, ya no se movìa mas, y habia juntado sus antenas, pobre, ya no respiraba. Lo enterraremos bajo el ficus benjamina, al bichito.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Jo! vaya historia triste... No te preocupes, ahora estará en el cielo de los bichitos, que debe ser una especie de cocina gigante que nadie limpia jamás y está llena de restos de mermelada de fresa y migas de pan... y a lo mejor en la encimera hay unn ficus.

Un saludo!
E.C.

Erredé dijo...

Es una historia triste pero hermosa, me ha encantado.
Y el dibujo es un gran homenaje a su vida de insecto.

Alberto Sobrino dijo...

Era una langosta, entoces...

Anónimo dijo...

que hermosa historia, vivir y morir están tan cerca... y pensar que las personas nos parecemos tanto a ese bichito, que un día nos abrazamos a cualquier cosa, persona, o animal... y al día siguiente vaya usted a saber... que nos deparara el día siguiente... muchos besos madrileños para una "ibizenco-berlinesa". dache

Itziar San Vicente dijo...

seguro que el saltamontes estaría contento, porque te ha salido bien guapo.

aitana carrasco dijo...

me ha encantado la historia del bichito... esos bichos se parecen mucho a los grillos pero en grandes, con sus patotas y su pincho, como un unicornio al revés... yo he visto de esos... claro, que nunca se me han muerto, así sin avisar... se me ocurre que a lo mejor era la conciencia de alguien (ya se sabe que los grillos...), pero ese alguien ya no la necesitaba... qué tontería, ¿no?... un beso.... cric...

Unknown dijo...

bellissima illustrazione, oscura, misteriosa, curiosa, macabra

Unknown dijo...

belíssima história, belíssima ilustração!

saludos